Reseña: Al otro lado del Oceano

 Hola a todos 

¿Como les va?, ya están cumpliendo sus propósitos?, este para mi es un año de muchos cambios que tal vez les cuente, pero vamos al tema de la entrada XD 

Decidí ponerme a escribir la reseña ya que se quitará el frio porque literal mis deditos se entumían en el teclado cada que intentaba escribir y pues así no se puede. 

Este libro fue de los últimos que leí en 2019, y se preguntarán porque tarde tanto en traer la reseña, pues bueno, es que me dejo con una sensación extraña y bonita pero agria y no sabía como plasmar eso de forma escrita, así que, me tome mi tiempo para poder expresar mi sentir sobre este libro 

Lo había visto un montón en blogs y bookstagram, la principal razón por la autora, que si no la conocen ha escrito La piel de Juliette (nombre que le pusieron acá en México), una saga de libros bastante popular, además, todos hablaban maravillados de esta historia en particular y es de esas veces que un libro lo ves tanto que también tú lo necesitas en tu vida, por eso, cuando Urano lo trajo de novedad y tuve la oportunidad de pedirlo no lo pensé. 

La historia nos la narra Shirin, nuestra protagonista, ella es una adolescente que ama la moda, diseñar su ropa y escuchar música. Sus padres con tal de darles lo mejor, se mudan constantemente de casa, a una mejor zona, para tener una mejor vida. 

El cambiar constantemente de escuela ha hecho que ella ya no se encariñe con la gente, ya no se intente relacionar si quiera, porque sabe que siempre le dura muy poco el sentirse cómoda en un lugar. 

Además de esto, Shirin vive en una época de discriminación muy grande en EUA, debido al atentado ocurrido de las torres gemelas, y ya que ella es musulmana la ven como un foco de peligro. 

Su hiyab, que ella porta con orgullo la hacen destacar entre multitudes de alumnos en su nueva escuela, y claro las ofensas no se hacen esperar desde los primeros días. 

Ella está “acostumbra” y se hace la fuerte ante este tipo de acoso, a pesar de ello, le da mucho coraje que la cataloguen de una forma solo por tener diferentes raíces, costumbres y religión. 

Estoy harta de intentar explicarle al mundo por qué el racismo es malo ¿vale? ¿por qué debería ser mi responsabilidad? 

La actitud de los compañeros de Shirin me molestaba demasiado, no imaginan la sarta de cosas que le dicen a diario y en especial algo que le hacen aahhh!. 

Y luego están sus padres, huyeron de las atrocidades de su país y vivieron un montón de cosas por eso todo lo que les llegue a pasar a sus hijos es una pequeñez, algo que no tiene importancia y va a pasar, es por esto que Shirin se encierra en sí misma y aguanta todo lo que le hacen sin poder desahogarse con sus padres porque seguro le dirán que ellos vivieron cosas peores y salieron adelante.  

La autora nos muestra una realidad que pocos queremos ver, el acoso, las ofensas, hasta dónde puede llegar el miedo de las personas por lo desconocido y que además como escudo de defensa prefieren atacar, yo no me imagino en ese tipo de situación, pero seguro me haría bolita en algún lugar. 

Una de las formas en las que Shirin tiene algún tipo de escape es que junto con su hermano Navid y otros chicos bailan break dance, el practicarlo, esforzarse hasta ser buena en algún tipo de pirueta la hace sentir fuerte. 

Otro punto a destacar es Ocean, un chico que no sabe de prejuicios y no le importa lo que los demás piensen, desde el primer momento que se topó con Shirin se portó de una forma normal, con curiosidad, pero sin malas intenciones. 

A lo largo del libro vamos conociéndolo y nos damos cuenta que Ocean también sufre y tiene un pasado, a Shirin le cuesta mucho trabajo confiar en él, para ella todas las personas son malas o tiene alguna intensión oculta. 

El final, lo veía llegar, pero me negaba, no sé, esa forma así tan cruda, pero tan acorde a la historia, me dolió, pero estoy segura que es el final correcto. 

La autora ha mencionado que este es un libro más biográfico, pero no es una biografía, más bien, nos comparte pequeños fragmentos de su vida y sus gustos armando una historia, la historia de Shirin, que quien mejor que ella podría contar. 

El dolor se convirtió en un redoble de tambor; un ritmo para el cual podía componer una melodía, estaba siempre allí, áspero y constante, y rara vez cedía. Aprendí a ahogar el sonido durante el día, pero de noche gritaba a través del hueco que tenía en el pecho